martes, 24 de febrero de 2009

El Show de los 2 mil años

Ya meses sin teclear frente al computador, al menos algo que no fuera para escribir alguna patraña en Facebook o saludar algún conocido por chat.

No se muy bien que fue lo que abrió el apetito de escritura, ni como, ni porque. Podría decir que mi desconformidad como ser humano quiso gritar en forma silenciosa, al aceptar por fin que soy un humano de segunda o de tercera, que ya no puedo hacer nada mas que sentarme con una cerveza barata a ver la realidad, apretar los dientes y expeler mierda como si fuera un ventilador lleno de caca.
Ser una marioneta de Dios, o parte del Reality donde él es el único gran espectador en el que la mayoría estamos siendo eliminados por convivencia o talento sin poder llegar a ser parte de la farándula terrestre ni celestial no es una visión muy positiva, pero qué, acaso el mundo lo es? Eso de que todos somos iguales al ser hijos de dios es una gran una falacia, ya somos todos distintos por ser hijos de nuestro padres. Las diferencias están claras entre Pérez, Olivares, Tapia a Trump, Edwards, Subercaseaux, incluso Farkas, Piñera hasta los propios Parra.

Tal vez si algún día logro ser un humano de primera o uno de los protagonistas de este show y no un extra, entienda este guión, o si de alguna forma puedo ser un Dios sentado en un sofá cómodo frente al planeta tierra eliminando a diestra y siniestra, y escogiendo solo algunos para ser parte del jet set terrenal.

Mejor me saco la pintura de los ojos sin saber si borrar o dibujar una sonrisa hipócrita en mi rostro, al saber que tal vez ya fui un pseudo Dios que eliminó a alguien de la tibia y húmeda casa estudio, por una supuesta mala convivencia.

Por favor que la próxima vez la eliminada no sea yo…